FIESTA DEL INTI RAYMI

Para asistir al Inti Raymi o fiesta del sol llegó hasta Saqsaywaman en Cusco Perú, nuestra Radio Educa, y así participar de una de las fiestas más grandes e increíbles de América, que se celebra una vez al año, en uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo.

En esta fiesta se conmemora el inicio de un nuevo año. El solsticio de invierno del 21 de junio, marca de alguna manera el retorno de nuestro planeta al sol, que en su movimiento de traslación se encuentra en el punto más lejano, pero que a contar de esta fecha, vuelve a acercarse  a nuestra gran estrella, llegando a su máximo acercamiento el 21 de diciembre.


La fiesta, la más importante del Imperio Inka en su época  honraba al sol, la tierra, las cosechas y todo aquello que formaba parte de su cosmovisión. En ella se agradecía y se pedía por los nuevos tiempos. Asistían personas de los cuatro puntos cardinales del gran imperio o Tawantinsuyu, es decir los  cuatro suyos: el Chinchaysuyo (Chinchay Suyu) al norte, el Collasuyo (Qulla Suyu) al sur, el Antisuyo ('Anti Suyu') al este y Contisuyo ('Kunti Suyu') al oeste. 


La capital del imperio fue la ciudad de Cusco, en el Perú, abarcando lo que actualmente corresponde a territorios relativos al sur de Colombia, pasando por Ecuador, principalmente por Perú y Bolivia, la mitad norte de Chile y el noroeste de Argentina. 


Durante tres días no comían sino un poco de maíz blanco, crudo, y unas pocas de yerbas que llamaban chúcam y agua simple. En todo este tiempo no encendían fuego en toda la ciudad. El Inka y sus parientes esperaban descalzos la salida del sol. Puestos en cuclillas con los brazos abiertos y dando besos al aire, recibían al astro rey. Entonces el gran Inka con dos vasos de madera brindaba al astro rey en símbolo de agradecimiento.



Los curacas o representantes de las comunidades entregaban las ofrendas que habían traído de sus tierras. Luego encendían el fuego nuevo que prendían utilizando como espejo el brazalete de oro del sacerdote principal. Entre cantos, danzas y especiales rituales se pedía por el nuevo ciclo y la protección para todo el pueblo. 


En la actualidad se dan cita en esta recreación del antiguo ritual cerca de 300.000 personas de todos los lugares del mundo, y son cerca de 2.000 los bailarines que dan vida a un espectáculo único, donde todos piden y agradecen por el nuevo tiempo que se inicia. 

 

Nos alegró mucho haber formado parte de este tan significativo ritual que por siempre quedará en nosotros, y que esperamos traiga para todos las buenas energías para los nuevos tiempos.